Para saber qué es el patrimonio industrial, primero hay que determinar qué es el patrimonio cultural: es el conjunto de bienes materiales e inmateriales que pertenecen a un pueblo y que crean una identidad para éste. El patrimonio cultural está formado por diferentes tipos de patrimonio:
- El patrimonio histórico-artístico: es el conjunto de bienes materiales e inmateriales de carácter arqueológico, arquitectónico, escultórico, pictórico, musical, museístico, et.
- El patrimonio natural: es el conjunto de bienes que proceden de la naturaleza y la actuación del hombre sobre ellos.
- El patrimonio industrial: es el conjunto de bienes materiales e inmateriales relacionados con la técnica y la industria.
- El patrimonio etnográfico: es el conjunto de manifestaciones culturales materiales e inmateriales (arquitectura vernácula, artesanía, folclore, tradiciones, etc.).
- Patrimonio documental y bibliográfico: está formado por los documentos (archivos) y los libros (bibliotecas).
Como he dicho antes, el patrimonio industrial es el conjunto de bienes materiales e inmateriales relacionados con la técnica y la industria. Incluye los bienes muebles o inmuebles relacionados con la producción industrial: los bienes muebles son las herramientas, maquinarias, mobiliario y accesorios del entorno de trabajo, documentación, etc.; los bienes inmuebles son todas las construcciones necesarias para el desarrollo industrial, y se engloban tanto las fábricas en sí mismas, como los espacios auxiliares (talleres, etc.) y habitacionales (vivienda obrera). Asimismo, hay una parte de patrimonio inmaterial, el patrimonio etnográfico y etnológico que son los procesos de producción de una empresa (cultura del trabajo) y las formas de vida de los trabajadores. Por último, también presenta paisajes culturales.
Este patrimonio representa nuestra historia más reciente, ya que se centra en los últimos dos siglos, pues se toma como referencia la Primera Revolución Industrial, surgida en el Reino Unido a mediados del siglo XVIII, y que se fue desarrollando en otros países europeos hasta su máximo esplendor en la primera mitad del siglo XIX. Posteriormente tuvo lugar la Segunda Revolución Industrial, entre finales del siglo XIX y hasta la Primera Guerra Mundial.
Dicho patrimonio, relacionado con la Industrialización, se vio afectado por el proceso de postindustrialización, momento que podríamos denominar como Tercera Revolución Industrial, cuando las ciudades comenzaron a crecer, trasladando sus fábricas al extrarradio y comenzando una nueva industrialización, provocando una grieta en este tipo de patrimonio. Afortunadamente, desde que aparecieron las teorías de la Arqueología Industrial, disciplina encargada del estudio, la investigación y la difusión del patrimonio industrial, se vienen valorando este tipo de bienes.
La importancia del patrimonio cultural es evidente pero parece que su prioridad a nivel institucional es residual a no ser que vaya acompañado de un inmediato rendimiento económico. En el caso concreto de Asturias y de su patrimonio industrial, creo que no se ha sabido potenciar lo suficiente ni como recurso a preservar ni como potencial atractivo turístico. Así pues es muy de agradecer el trabajo realizado por esta compañera.
ResponderEliminarEspero que genere el interés merecido y sirva para conocer mejor todas estas maravillas a veces olvidadas hasta por los propios asturianos